Lo que no es una Escuela de Fútbol.
Una escuela de lo que sea, es un sitio donde fundamentalmente se enseña, en el caso que nos ocupa se trata de que los niños aprendan a jugar al fútbol, pero una cosa es lo que debería ser y otra muy distinta, la realidad.
Hoy en día el concepto Escuela de Fútbol está muy extendido y existen multitud de centros públicos y privados que acuñan está denominación, pero, ¿realmente todas cumplen el objetivo principal para el que han sido creadas?, es decir, ¿se enseña realmente, o por el contrario lo que verdaderamente se buscan son otros fines que nada tienen que ver con lo que se ofrece?
Queda muy bien eso de hablar de Escuela de Fútbol, pero si solo es de cara a la galería no vale, puede que el nombre suene muy bien, pero si después la estructura interna falla por que no existe un verdadero proyecto formativo que sustente el presumible aprendizaje que se ofrece, la cosa queda en nada y el concepto enseñanza se diluye en el aire tan rápido como un terrón de azúcar en una taza de café.
Eso no quiere decir que no existan buenas Escuelas de Fútbol, las hay y muchas, unas modestas que salen adelante a base de mucho esfuerzo y grandes dosis de imaginación por parte de las personas que las dirigen y otras con muchos más medios, con unos altos niveles de calidad y exigencia, y con técnicos de gran preparación para dar el mejor aprendizaje posible a los futbolistas del mañana.
Lo que aquí se pretende, es simplemente, decir lo que a nuestro juicio, no es una Escuela de Fútbol, únicamente con el objetivo de hacer una distinción real de la que sí lo es, para que nadie se confunda y a nadie lo confundan, es lo mismo que sucede cuando se habla por ejemplo de una determinada marca de ropa, el original y la copia se mezclan dando lugar a equívocos, son casi idénticos, pero no iguales, hay algo fundamental que los diferencia, aunque algunos se empeñen en colocar gato por liebre en una ceremonia de la confusión que puede engañar a muchos pero obviamente, no a todos.
Así que en base a lo expuesto cabría decir lo siguiente:
1- Una Escuela de Fútbol no es una serie de equipos que simplemente participan en una competición dentro de las diferentes categorías existentes en función de la edad de los niños que compiten.
2- En una verdadera Escuela de Fútbol no se tiene a los niños entrenando con el objetivo puesto únicamente en la competición semanal, es decir, trabajando sólo en función de jugar el partido de liga correspondiente sin atender a las verdaderas necesidades individuales de enseñanza, en especial a nivel técnico.
3- Una Escuela de Fútbol no está formada por un grupo personas que dirige los diversos equipos de la entidad, adjudicándose el papel de entrenadores, cuando no tienen la titulación exigida para ello y mucho menos la preparación adecuada para trabajar con los niños.
4- Tampoco es una Escuela de Fútbol, el lugar donde unos técnicos con la correspondiente titulación se limitan a ejercer de funcionarios realizando entrenamientos rutinarios basados únicamente en planteamientos teóricos que limitan su capacidad creativa y que al final hace que se convierten en entrenadores amordazados, que solo ejercen de correa transmisora de la dictadura intelectual e intervencionista del individuo o individuos que ejercen la dirección/coordinación de la presumible Escuela.
5- Una Escuela de Fútbol no es un lugar en el que el trabajo a realizar en las distintas sesiones de entrenamiento se desarrolla sin que se siga una planificación previa y coherente establecida de antemano que permita programar la actividad a realizar con la debida seriedad y eficacia, atendiendo fundamentalmente la distintas edades de los niños y el trabajo diferenciado y específico que se ha de realizar en base a ello.
6- Una Escuela de Fútbol no es un lugar sin orden ni concierto donde la improvisación se apodera día tras día de la actividad a realizar en cada entrenamiento.
7- Un lugar donde realmente no de educa en valores, tampoco es una verdadera Escuela de Fútbol por que se piensa que la educación permisiva del dejar hacer (no vaya a ser que los niños se estresen demasiado) es siempre mejor que la exigencia llevada al nivel requerido en base a la edad de los jugadores y las necesidades reales que se presentan cuando se participa en actividades deportivas de competición. Si no se aprovechan los auténticos valores que nos ofrece el deporte como la responsabilidad, la disciplina, el esfuerzo, y en el caso del fútbol en concreto, el trabajo en equipo y el compañerismo, entre otros, no se puede estar hablando de Escuela, pues estaremos privando a los niños de una faceta de la enseñanza deportiva básica para su formación.
8- Y desde luego lo que no es una Escuela de Fútbol, es un sitio donde lo realmente importante es hacer caja a fin de mes, el objetivo es tener muchos niños inscritos para que los ingresos aumenten de forma progresiva y considerable, y donde el resultado económico sea el objetivo principal y la razón de ser de la Escuela.
“No importa si a los niños les gusta de verdad el fútbol, si se comportan correctamente, si entrenan con seriedad, si cumplen los horarios etc., etc.…. Lo que realmente cuenta, es que a fin de mes sus padres paguen el recibo correspondiente………..”
Se podría seguir con más ejemplos, pero los expuestos, son suficientes para distinguir lo que es de lo que no es, simplemente añadir por que es algo fundamental sobre lo que debe de ser una verdadera Escuela de Fútbol, y que corresponde a su parte directiva, ya que una entidad, que como cualquier otra formada por una gran cantidad de personas que pertenecen a ella, necesita de una dirección eficaz impulsada sobre todo por una persona con mentalidad moderna y espíritu participativo que fomente la aportación de ideas y el trabajo en equipo, que busque gente con capacidad y con personalidad propia y no individuos poco preparados pero dóciles y fáciles de manejar. Cuanta más libertad tenga un técnico para desarrollar sin presiones sus ideas y dar rienda suelta a su creatividad, dentro de un orden por supuesto, más se enriquecerán los alumnos que formen parte de la Escuela, por que ellos también aprenderán a pensar por sí mismos, a tener capacidad de inventiva y en definitiva podrán desarrollar de manera positiva su imaginación, lo que sin duda alguna repercutirá de forma muy beneficiosa en su desarrollo personal y futbolístico, y nada de esto se conseguiría si lo que se aplican son pedagogías intervencionistas con un alto componente doctrinal que hoy en día está absolutamente desfasado, aunque muy probablemente algunos no se hayan enterado por que viven completamente fuera de la realidad.
Imaginación versus adoctrinamiento.
El entrenador de Fútbol-Base que va a trabajar dentro de una Metodología-Filosofía del Club-Escuela de Fútbol u Organización Deportiva en la que desarrolla su actividad como técnico es fundamental que esté identificado con el estilo de trabajo que se pretenda desarrollar, pero eso no quiere decir que el entrenador sea un autómata que ejecute su función mecánicamente.
A mi juicio existen dos clases de entrenadores en estos niveles:
1) “El Entrenador-Funcionario”:
Que le dan una programación escrita y/o en soporte audio-visual y la lleva a cabo de una forma disciplinada pero poco creativa. Con el tiempo corre el riesgo de caer en la monotonía y eso le acaba provocando generalmente una falta de ilusión a la hora de realizar su labor que termina muchas veces contagiando negativamente a los jugadores que entrena.
A parte es tipo de técnicos no son dados a aportar nada nuevo a la metodología y aprendizaje que se pretende llevar a cabo pues no generan nuevas ideas y tampoco son dados a realizar innovaciones en sus entrenamientos haciendo cosas diferentes aunque sea dentro de una línea de trabajo definida y programada.
2)”El Entrenador-Imaginativo”:
Que desarrolla su actividad dentro de la “línea/estilo” que se quiere con arreglo a una determinada metodología, pero aportando siempre nuevas ideas, mejorando lo establecido y utilizando su imaginación, lo que sin duda alguna favorecerá también el desarrollo creativo del futbolista y el sistema de trabajo utilizado. Esto no quiere decir que haya que trabajar de forma improvisada, al contrario la planificación es fundamental, pero dentro de lo programado hay que dejar un margen para improvisar en un momento dado (“Improvisación Planificada”), que muchas veces simplemente se consigue aplicando determinadas variantes a lo habitualmente establecido.
Enlazando con lo anteriormente expuesto, esto nos lleva a diferenciar igualmente las dos vertientes que a modo de enseñanza definen el criterio pedagógico de unos y otros.
1-“Pedagogía Intervencionista”:
Es el ejemplo claro de esos entrenadores que continuamente está diciéndoles a los jugadores lo que tienen que hacer en cada momento. Tanto en los entrenamientos como en los partidos.
Pueden saber mucho de fútbol, incluso haber sido grandes futbolistas, tener enormes conocimientos sobre la materia pero no aciertan a la hora de transmitir correctamente lo que saben, hablan y hablan sin parar, disfrutan escuchándose a ellos mismos, pero realmente ¿Están enseñando?, ¿El niño/joven está aprendiendo?
Creo sinceramente que no, o al menos como debieran. No se está enseñando al futbolista a pensar y eso a mi juicio es importantísimo. Se le está diciendo continuamente lo que tiene que hacer pero no se le enseña a buscar soluciones para que resuelva las distintas situaciones que se le presentan en el desarrollo del juego.
2-“Pedagogía Creativa”:
Desde esta propuesta enseñamos a los futbolistas desde pequeños a que piensen. Eso no quiere decir que no les digamos lo que tienen que hacer o no los enseñemos a hacerlo, pero buscando en todo momento que ejerciten su imaginación, que sean creativos, les acostumbramos a que vayan teniendo de forma progresiva un mayor arsenal de soluciones para aplicar en cada momento.
Al futbolista se le plantea el Como, Donde, Cuando y Porqué ha de hacer las cosas. Lo obligamos a utilizar su cerebro, es un entrenamiento mental con aplicación práctica al juego. Procuramos darle Herramientas para que el mismo aprenda a resolver los problemas en vez de Solucionárselos.
Resumen:
Desarrollar la imaginación no condicionando de forma permanente la creatividad, es algo que quien que enseña ha de tener siempre en cuenta, en especial cuando trabaja con niños y adolescentes. Un exceso de intervencionismo en el aprendizaje va a condicionar el desarrollo pleno de las cualidades innatas del deportista, en este caso del aprendiz a de futbolista
Paco Arias
Formación On Line. Aprendizaje en Línea para Jóvenes Entrenadores.